Es uno de los rincones que mejor conserva el sabor y el romanticismo de la época a pesar de los evidentes cambios que ha sufrido a lo largo del tiempo.
Este espacio de libertad y sosiego que se abre o, más bien, se esconde en la calle Pablo Flórez, también llamada en su día, Villapérez, Canóniga Nueva y otros nombres menos ilustres, era patrimonio privado de la familia Villapérez, con palacio e iglesia propios. La iglesia era parroquia para culto exclusivo de la familia, menos de 50 personas, por lo cual no necesitaba ser muy grande. La portada sencilla que hoy observamos, con espadaña, es posterior a la parroquia, ya que data de 1758. Conserva un crucifijo en relieve bajo dosel de escasos méritos artísticos entre dos escudos: los blasosnes de las casas de Cabeza de Vaca y de los Alcedo, marqueses de Fuente Oyuelo.
A los románticos que contemplaban la rinconada parecían impresionarles tanto las acacias y el aire de recogimiento que provocaban como las casas y la iglesia.
En tiempos recientes fue este lugar objeto de disputa entre el Ayuntamiento de León y la Dirección Territorial de Cultura sobre el uso que había de darse al lugar, acordando entonces convertirlo en Centro Cultural. Tras la humilde portada de la iglesia, lo que hoy se levanta es un conjunto de viviendas particulares. La "sensibilidad" de algunos alcaldes siempre ha costado gravosos tributos a esta noble ciudad. Aunque bien es cierto que hoy viene a ennoblecer ese apacible rincón, la que se ha convertido en Casa-Museo del pintor Vela-Zanetti.
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